martes, 26 de junio de 2007

Cadena Surrealista

Para Ignacio
De principio a fin, tu cuerpo. Tu cuerpo: un sueño que como todos los sueños es mucho más satisfactorio que cualquier realidad de éste mundo y de los que están por debajo y por arriba de él. Tu cuerpo: una realidad, si así lo quieren tus racionalismos empecinados; pero una realidad absoluta donde cabe todo lo maravilloso y lo bello. Tu cuerpo: sin metafísicas, entonces; la vida misma en toda diversión posible, el aire fresco de la noche de San Juan que decreta el fin del miedo, la miseria y la estupidez. Tu cuerpo: libertad. Tu cuerpo: amor. Tu cuerpo: poesía. Tu cuerpo: todos los amigos, todos los enemigos, todos los hombres. Sin principio ni fin, tu cuerpo. Más o menos dos metros de plumas de pavorreal blanco, de piel de delfín albino, de barullo de risas de los niños de mi calle antes del anochecer; de agua quemada de aire de tierra de fuego, de millones de mariposas verdes que se alborotan, revolotean, baten las alas, polvo de diamantes, se parten, se esparcen, se expanden, se pierden para siempre en la alcoba del silencio. Tu cuerpo: alka-seltzer que se termina de disolver cuando se espanta el sueño; aspirina para la jaqueca de la vigilia. Tu cuerpo: casa de oro, arca de la alianza, puerta del cielo, estrella de la mañana. Tu cuerpo: torre de marfil. Tu cuerpo: nada más y nada menos.

1 comentario:

Gerardo Mendes dijo...

oda a tus recovecos que ocultan secretos que convencen