Yo, por mi parte no coincido con la opinión optimista ni
realista. Al contrario, creo que ha llegado el momento de ser pesimistas y
partir de una declaración total: ya todo está perdido. Las clases medias en
todo Occidente han iniciado un acelerado camino hacia la pauperización y los
Estados, secuestrados por una gran cantidad de intereses, aún presionados por
las movilizaciones sociales, están estructuralmente impedidos para detener el
avance de las peores aristas del capitalismo: el enriquecimiento de unos pocos
poderes centrales a costa del empobrecimiento y pérdida de derechos de una
mayoría periférica.
Desde esta perspectiva desesperanzada el video al que me
refiero adquiere relevancia. Si ya no hay nada que hacer, entonces tal vez no
quede más que intentar, aunque sea efímeramente, hacer felices los unos a los
otros. La celebración del cumpleaños no hizo a la indigente menos podre, ni
puso un techo sobre su cabeza. ¿Pero está en las manos de las personas que
cantaron el Feliz Cumpleaños hacerlo? No. Podrían luchar por ello, pero ¿con
qué fin?, ¿con qué alcance cuando ella sólo es una de los miles y miles de
desamparados que andan por las ciudades del mundo occidental?
Para la tradición budista, un bodhisattva es aquel individuo
que a punto de alcanzar la iluminación en ésta o a más tardar la siguiente
vida, decide renunciar al Nirvana y permanecer en la Tierra para ayudar a los demás
seres. Lo que llama la atención del video, más que lo que hicieron las personas
por festejar a la indigente, es lo que ella hizo. Cuando le ofrecieron un globo
y un pedazo de papel para que escribiera un deseo, ella no pidió ningún bien
material, ni siquiera los que le son tan urgentes como comida, vestido o
resguardo. Simplemente dijo “Que seamos felices todos” y liberó el globo al
aire.
La palabra del Señor Buda enseña que, en estos tiempos
degenerados, nos es difícil reconocer a un ser iluminado porque nuestra
percepción se ha corrompido. Pero un bodhisattva puede estar en cualquier lado,
trabajando para nuestro beneficio, aunque a veces de maneras insospechadas. Un
bodisattva puede estar escondido en el sobre exigente maestro de escuela, en el
aquel amor que nos rompió el corazón o, incluso, en una indigente que lanza un
globo al cielo deseando nuestra felicidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario